Wednesday, September 21, 2005
Monday, September 12, 2005
Megapista en medio del chaco: la base aérea resulta un estratégico “portaviones
Crece la polémica por los 400 soldados estadounidenses asentados en Mariscal Estigarribia. El Gobierno paraguayo niega la instalación de una base norteamericana en la zona habitada por unas 2 mil personas, sin embargo, las facilidades del megaaeropuerto lo contradicen.
Paraguay tiene pista de 3.800 metros de largo en el Chaco
Una pista de aterrizaje de 3.800 metros de longitud se extiende en el chaco paraguayo, en inmediaciones de la ciudad de Mariscal Estigarribia, a 200 kilómetros de la frontera con Bolivia. Allí se ubicarán —en los siguientes 18 meses— los 400 soldados estadounidenses cuyo ingreso autorizó el Congreso de Paraguay el mes de mayo pasado.
Un reportaje publicado el domingo por el matutino Clarín de Buenos Aires revela que la pista de aterrizaje de la base Mariscal Estigarribia es tan amplia que puede recibir aviones de gran envergadura como bombarderos y de transporte de tropas y pertrechos militares de gran peso (B-52, C-130 Hércules, C-5 Galaxy y KC 135, entre otros).
El vocero del Ejército de Paraguay, coronel Elio Flores Servín, reconoció que la base aérea “es más grande que la del aeropuerto de Asunción”.
La base militar ha desatado un duro debate político en Paraguay desde que el Congreso aprobara —el 26 de mayo— una ley que concede inmunidad a las tropas de Estados Unidos, algo por lo que la Casa Blanca presiona sin éxito a varios países de la región, incluidos Bolivia, Brasil y Argentina. Lo novedoso del caso es que, por primera vez en la historia paraguaya, se autorizó la entrada en tandas de 400 soldados estadounidenses para 13 operativos de entrenamiento y adoctrinamiento en materia de seguridad y defensa, así como para tareas de asistencia médica y social a poblaciones pobres.
Los ejercicios bilaterales son habituales desde la década del 60, pero nunca antes se habían autorizado por tanto tiempo —se extienden durante 18 meses hasta diciembre de 2006— y son prorrogables.
Las versiones señalan que Estados Unidos busca instalar una base militar en la zona con el objetivo de “vigilar la región”, aunque la Cancillería paraguaya niega esa posibilidad.
Mariscal Estigarribia tiene apenas 2 mil habitantes. Unos 300 pertenecen al Tercer Cuerpo del Ejército, con asiento en el departamento de Boquerón.
La villa se encuentra a unas diez cuadras de la pista de aterrizaje que hoy es el centro del debate político del país.
“No hay movimientos de tropas aquí, pero la pista es usada una o dos veces a la semana por civiles o algún transporte militar de urgencia. También vienen aviones de estancias de la zona”, afirmó el vicesargento Rodolfo Riveros, una de las siete personas al cuidado del complejo castrense que bordea la cinta asfáltica.
Construida a mediados de los años 80 por técnicos de Estados Unidos convocados por la dictadura de Alfredo Stroessner, la cinta de asfalto gris tiene 3.800 metros de longitud y se encuentra en excelente estado.
Los expertos consultados por Clarín aseguraron que la pista es “absolutamente sobredimensionada” para las necesidades de la Fuerza Aérea Paraguaya, que opera con apenas 8 aviones Xavante y Pillán de porte mediano, y ocho avionetas Cessna de entrenamiento.
La base cuenta con un enorme radar —hoy inactivo— para el control de tráfico aéreo, sistemas de aterrizaje nocturno, bocas de reaprovisionamiento de combustible y amplios hangares, según el relevamiento hecho por el matutino argentino.
“Las agendas de Estados Unidos y Paraguay se complementaron en materia de seguridad y defensa”, manifestó el vicepresidente paraguayo, Luis Castiglioni.
La nueva relación entre Asunción y Washington fue sellada a mediados de agosto con la sorpresiva llegada a Paraguay del jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld.
Pero los primeros contactos se remontan a inicios de año a instancias de Castiglioni, un político visto con simpatía por el empresariado paraguayo. El vicepresidente se entrevistó en Washington con su colega Dick Cheney, Rumsfeld y el Director del FBI. Posteriormente, el presidente Nicanor Duarte Frutos se vio con George W. Bush y Rumsfeld.
El dato es relevante, aseguró el diario argentino, ya que nunca antes un Presidente paraguayo había sido recibido oficialmente en la Casa Blanca.
Según el reportaje, a diez cuadras de distancia de la enorme pista se levanta una villa militar, del Tercer Cuerpo del Ejército, y una población civil que ha crecido recostada sobre las necesidades castrenses.
La zona se encuentra a 200 kilómetros de la frontera con el chaco boliviano, en momentos en que la lupa de Washington se deposita sobre Bolivia y señala al venezolano Hugo Chávez como el instigador de la inestabilidad en la zona.
La ubicación de la pista es estratégica —según los expertos— porque desde allí se pueden monitorear objetivos sensibles como Bolivia (centro de una disputa interna por los hidrocarburos), el Acuífero Guaraní (uno de los reservorios de agua dulce más grandes del mundo) y la Triple Frontera, en el límite con Argentina y Brasil, para Washington una trastienda regional del terrorismo.
Si bien todos los funcionarios consultados por Clarín
—desde el presidente Duarte Frutos, su Vicepresidente, hasta el ministro de Defensa, Roberto González— han negado que Estados Unidos vaya a instalar una base en Paraguay. Esa versión es tomada con pinzas por líderes de la oposición y analistas en defensa.
“Estigarribia es ideal porque es operable todo el año, pero no creo que Estados Unidos quiera poner ahora una base. Necesita a sus soldados en otras zonas del mundo. Aquí le bastaría con usar la infraestructura paraguaya y creo que ése es su interés. Estoy seguro de que la presencia estadounidense se ampliará”, afirmó el ex ministro de Defensa Horacio Galeano Perrone.
Más allá de estos matices, es evidente que hay una profundización del vínculo militar y de seguridad con Estados Unidos, señala Clarín.
Ese cambio en la estrategia paraguaya se advierte en varios casos. De hecho, sostiene Clarín, se desarrollaron cuatro de los 13 operativos previstos.
El siguiente se realizará este mes. La colaboración creciente se traslada también al combate al tráfico de drogas, donde las capturas de narcotraficantes y de aviones ilegales ha aumentado en los últimos años, según informó la agente especial María Mercedes Castiñeira, directora de Relaciones Públicas de la Secretaría Nacional Antidroga.
Por otro lado, Asunción también reclamó ayuda policial, por lo cual Estados Unidos abrirá en breve por primera vez una oficina del FBI en Paraguay.
“Es evidente que Bush y Rumsfeld no se interesan sólo por las necesidades oftalmológicas de los paraguayos pobres”, ironizó el ex canciller y miembro del Partido Liberal Auténtico Miguel Saguier.
“Esta cooperación marca un giro porque ellos nunca se interesaron por Paraguay. Ahora buscan controlar la zona. Paraguay cede así a los intereses de Estados Unidos y se aleja del Mercosur, lo que no es bueno”, sostuvo el presidente del Congreso, Carlos Filizzola, del opositor País Solidario.
La oposición política y los analistas paraguayos coinciden en que Asunción intenta construir una suerte de Plan Colombia propio —con el apoyo de Estados Unidos— para recibir una inyección de recursos y capacitación, además de la apertura del mercado estadounidense para sus productos.
De ese modo, Paraguay procurarará aprovechar las necesidades de Washington en materia de seguridad regional a espaldas del Mercosur, cuyo rendimiento económico decepciona al Gobierno paraguayo.
Los reproches al bloque regional llegan al extremo de que el Vicepresidente dijo que Asunción quiere firmar un Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos similar al logrado por Chile.
“Le hemos dicho a Estados Unidos que queremos cooperar y construir la paz en la región. Pero para ello deben cooperar con nosotros haciendo posible que desarrollemos nuestra propia industria abriéndonos sus mercados”, agregó Castiglioni.
Los Tiempos Cochabamba - Bolivia Lunes, 12 de septiembre de 2005
CERCA AL PAÍS EEUU tendrá a 400 marines en zona del Chaco paraguayo | Una pista de 3.800 metros de largo se extiende en la ciudad paraguaya de Mariscal Estigarribia, a 200 kilómetros de la frontera con Bolivia
La Paz | La Prensa .- Una pista de aterrizaje de 3.800 metros de longitud se extiende sobre el Chaco paraguayo, en inmediaciones de la ciudad de Mariscal Estigarribia, a 200 kilómetros de la frontera con Bolivia. Allí se ubicarán -en los próximos 18 meses- los 400 soldados norteamericanos, cuyo ingreso fue autorizado por Paraguay el mes pasado.
Un reportaje publicado el domingo por el matutino Clarín revela que la pista de aterrizaje de la base Mariscal Estigarribia es tan amplia que puede recibir aviones de gran envergadura como bombarderos y de transporte de tropas y pertrechos militares de gran peso (B-52, C-130 Hércules, C-5 Galaxy y KC 135, entre otros).
El vocero del Ejército de Paraguay, coronel Elio Flores Servín, reconoció al periódico argentino que la base aérea "es más grande que la del aeropuerto de Asunción", capital del país vecino.
La base militar ha desatado un duro debate político en Paraguay desde que el Congreso aprobara -el 26 de mayo pasado- una ley que concede inmunidad a las tropas de EEUU, algo por lo que la Casa Blanca viene presionando sin éxito a varios países de la región, incluidos Bolivia, Brasil y Argentina. Lo novedoso del caso es que, por primera vez en la historia paraguaya, se autorizó la entrada en tandas de 400 soldados estadounidenses para 13 operativos de entrenamiento y adoctrinamiento en temas de seguridad y defensa,junto a tareas de asistencia médica y social a los más pobres. Los ejercicios bilaterales son habituales desde la década del 60, pero nunca antes se habían autorizado por tanto tiempo -se extienden durante 18 meses hasta diciembre de 2006- y son prorrogables.
Las versiones señalan que Estados Unidos estaría buscando instalar una base militar en la zona con el objetivo de "vigilar la región", aunque la Cancillería paraguaya niega esa posibilidad. Estigarribia cuenta con apenas 2 mil habitantes. Unos 300 pertenecen al Tercer Cuerpo del Ejército, con asiento en el departamento de Boquerón.
La villa se encuentra a unas 10 cuadras de la pista de aterrizaje que hoy es el centro del debate político del país. "No hay movimientos de tropas aquí, pero la pista es usada una o dos veces a la semana por civiles o algún transporte militar de urgencia. También vienen aviones de estancias de la zona", dice el vicesargento Rodolfo Riveros, una de las siete personas al cuidado del sencillo complejo militar que bordea la cinta asfáltica.
La mirada sobre Bolivia
La nueva relación entre Asunción y Washington fue sellada a mediados de agosto con la sorpresiva llegada a Paraguay del jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld.
Pero los primeros contactos se remontan a inicios de año a instancias de Castiglioni, un político visto con simpatía por el empresariado guaraní.
El vicepresidente se entrevistó en Washington con su colega Dick Cheney, Rumsfeld y el director del FBI. Posteriormente, el presidente Nicanor Duarte Frutos se vio con George Bush y Rumsfeld.
El dato es relevante, asegura el diario argentino, ya que nunca antes un presidente paraguayo había sido recibido oficialmente en la Casa Blanca.
Según el reportaje, a 10 cuadras de distancia de la enorme pista se levanta una villa militar, del Tercer Cuerpo del Ejército, y una población civil que ha crecido recostada sobre las necesidades castrenses.
La zona se encuentra a 200 kilómetros de la frontera con el Chaco boliviano, en momentos en que la lupa de Washington se deposita sobre Bolivia y señala al venezolano Hugo Chávez como el instigador de la inestabilidad en la zona.
ESTRATEGIA
La ubicación de la pista es estratégica -dicen los expertos- porque desde allí se pueden monitorear objetivos sensibles como Bolivia (centro de una disputa interna por los hidrocarburos), el Acuífero Guaraní (uno de los reservorios de agua dulce más grandes del mundo) y la Triple Frontera, en el límite con Argentina y Brasil, para Washington, una trastienda regional del terrorismo.
De el Periodico La Prenza de La Paz Bolivia Septiembre 13, 2005
El Gobierno quiere recetar una veda que dure tres años
Cambio. Don Juan Tórrez aprendió a hacer sillones porque la pesca ya no le es rentable para mantener a su familia
Emergencia. Ante la tragedia ecológica, prohibir la pesca comercial es la propuesta más fuerte que pretenden aplicar. Han surgido voces en contra. Temen que haya un impacto económico desfavorable.
El remedio que podría devolver los peces al Pilcomayo es la manzana de la discordia entre el pueblo indígena Wennhayek y las autoridades que han propuesto la receta.
La Subprefectura de Yacuiba está por declarar una veda de tres años para impedir que se explote el sábalo y de esa manera esta especie pueda procrear libremente hasta alcanzar una cantidad considerable para la actividad pesquera.
Algo de eso ha escuchado Ruperto Villa, un aborigen que el pasado martes caminaba por la orilla del Pilcomayo y que dijo su pueblo está preocupado porque históricamente han vivido de la pesca.
Pero Carlos Castro, del departamento de Recursos Naturales de la Subprefectura de Yacuiba, aclara que la prohibición sólo será para los pescadores comerciales y no así para los Wennhayek porque ellos han hecho del sábalo un alimento de subsistencia.
Pero los Wennhayek no sólo utilizan los pescados para alimentarse, aclara Joaquín Delgado, que aprendió a pescar desde los cinco años cuando su padre tenía la fuerza de un toro, según cuenta. “Los sábalos son la principal fuente de generación económica”, dice con una voz de gato ronco atacado por el frío que llegó la pasada semana cabalgando en caballos de viento desde Argentina.
Delgado detalla su preocupación: Nosotros no sólo utilizamos el sábalo para alimentarnos porque si fuera así ya nos hubiéramos empachado (se ríe y sus ojitos se achinan). Luego aclara que la abundancia de peces les ha enseñado a comercializarlos y sacar jugosas ganancias.
Mario Gareca recuerda que en los mejores momentos la pesca les generaba una renta de mil bolivianos al día. “Esa plata la repartíamos entre las 30 personas que trabajábamos en las redadas”, explica y se queda mirando el río como si fuera la última vez.
En todo caso, Castro dijo que la decisión será debatida este mes y será el Ministerio de Desarrollo Sostenible, previo informe de los técnicos de Villamontes, Yacuiba y Tarija, quien tomará una decisión definitiva.
El Viceministerio del Medio Ambiente también está estudiando la forma de devolverle la vida a la cuenca del río Pilcomayo sin afectar la producción piscícola de la zona.
La versión de una posible veda que dure varios años ha llegado hasta los oídos de doña Paulina Rocha, habitante antigua de Villamontes que solventa su economía gracias a un venta de abarrotes que puso en su casa después de la muerte de su marido.
La mujer dice que este año ha perdido plata porque en abril se aprovisionó de varias latas de alcohol, bolsas de azúcar, coca y otros productos que religiosamente son demandados por los pescadores cuando la actividad entra en su apogeo (mayo, junio y julio). “Me he quedado con gran parte de la mercadería porque no he tenido compradores”, lamenta y se queda pensando qué hacer para el futuro.
Buscan salida por la vía del consenso
Consenso e inversión en tecnología "limpia" son parte de la estrategia del Gobierno para intentar resolver el conflicto desatado entre los ingenios mineros de Potosí y los campesinos de Chuquisaca y Tarija, por la contaminación del río Pilcomayo.
Así lo adelantó el viceministro interino de Medio Ambiente, Jorge Mariaca, quien destacó la voluntad de la actual administración para encontrar una solución concertada al problema del Pilcomayo. El funcionario señaló que la mitigación de los contaminantes en la cuenca del Pilcomayo es una responsabilidad compartida de las autoridades nacionales, del Congreso, de las prefecturas y de los municipios involucrados y aseguró que se están buscando las alternativas más racionales para solucionar el problema.
Mariaca precisó que la contaminación del Pilcomayo, incluso, tiene relevancia a nivel internacional debido a que es una "cuenca compartida" con Argentina y Paraguay, países que también están expresado su preocupación por lo que pasa aguas arriba con el depósito de restos minerales que están afectando gravemente el agua y la poblaciones de peces de las que viven miles de comunidades indígenas y campesinas. "Estamos trabajando en resguardar la salud y la productividad de las áreas por donde circulan estas aguas", afirmó.
Al ser consultado sobre los intereses contrapuestos que están en juego respecto de la contaminación del Pilcomayo, mineros por un lado y campesinos por el otro, Mariaca reconoció que "es un dilema porque son dos sectores de la población con demandas legítimas cada uno". "No se trata de un conflicto entre ricos y pobres. Hay que buscar una fórmula en la cual todos puedan salir ganando”. (Carlos Morales/La Prensa)
Datos
Factor en contra. La contaminación con plomo del sábalo que habita en el Pilcomayo es una amenaza a largo plazo para la salud humana. Según un estudio realizado por las universidades Juan Misael Saracho (Bolivia) y Nijmegen (Holanda), se evidenció que las concentraciones de zinc y cobre en el hígado de los peces de este río eran tres a cuatro veces más altas que en los del río Bermejo.
En las agallas. Con respecto a la contaminación del sábalo en el Pilcomayo, se realizaron una serie de estudios que no son concluyentes, pero revelan principalmente niveles elevados de plomo con un promedio de 5,8 partículas por millón, no existiendo estándares para niveles de plomo en el cuerpo entero, sin embargo la concentración disminuye en los músculos y en la grasa, presentándose en mayor grado en las agallas y las vísceras, por lo que se recomendó evitar el consumo de éstas.
El Deber Santa Cruz de la Sierra - Bolivia, Domingo 4, septiembre de 2005 2005
El pasado glorioso sólo es un sabroso recuerdo
Hay un hombre moreno sentado en una piedra a orillas del Pilcomayo. Está ahí desde hace tres horas, ignorando el surazo que llegó a Villamontes el martes 30 de agosto.
“Me llamo Fidel Delgado y tengo hambre”, dice y se excusa de dar la mano porque no puede soltar el hilo de pescar.
¿Un wennhayek acaso no es experto en atrapar peces con las redes que miden más de 150 metros de largo?
- Eso era antes. Cuando habían peces abundantes en el río.
El hombre moreno hace memoria: Antes, los sábalos se desesperaban por que los saquemos del agua de tantos que eran. Hasta volaban los pobres. Si viera usted, la playa del Pilcomayo era llenita de camiones y de gente de todos lados, hasta extranjeros llegaban. Con la plata de las ventas nos comprábamos heladera, tele, radio, bicicleta, alcoholcito. Ahora nada, ya ni para comer podemos conseguir pescando.
Dice que se quedará un rato más, esperando a que pique el anzuelo y que le gustaría que alguien le regale coquita.
El Deber Santa Cruz de la Sierra - Bolivia, Domingo 4, septiembre de 2005 2005
Punto de vista Volver!!
Es posible salvar el Pilcomayo
Fernando Calderon ® Biólogo
Lo primero que se tiene que hacer es medir la falta de oxigenación de las aguas fruto de la contaminación minera. También hay que ver qué otros contaminantes están dañando el Pilcomayo.
Una vez que se tengan esos datos se debe tomar una decisión inmediata para ejecutar acciones concretas para salvar este recurso natural del cual dependen muchas personas.
La veda que se pretende dictar (de tres años) puede que dé resultado porque hará que la población de peces aumente y sea capaz de sostener los ciclos de pescas. Pero eso no será suficiente, es necesario que haya un manejo sostenible de esta actividad.
Es posible salvar el Pilcomayo. Para eso, también hay que hacer una inventariación de los tipos de peces que aún viven y en qué estado de desarrollo se encuentran.
Pero no es un trabajo solitario lo que tiene que ejecutar Bolivia. Existen convenios internacionales a los que se puede apelar para que junto a Paraguay y Argentina se pueda hacer una acción sostenida y se empiece a limpiar el río.
Las obras de riego que se estarían realizando en la zona de influencia hacen descender el nivel de las aguas y por eso es que hay mayor concentración de contaminantes y un menor nivel de oxígeno y de los nutrientes que son vitales para la vida de los peces.
El Deber Santa Cruz de la Sierra - Bolivia, Domingo 4, septiembre de 2005 2005
Puros decretos, nada de hechos
En 1993, el fiscal general de la nación, Oscar Crespo, declaró que "la contaminación minera del Pilcomayo era inaceptable".
En mayo de 2000, José Luis Carvajal, entonces ministro de Desarrollo Sostenible y Planificación, dijo: "El Pilcomayo se nos muere. Estamos detrás de los responsables de la contaminación y en cuanto conozcamos quiénes son, se aplicarán las sanciones".
En agosto de 1997 se promulgó una reglamentación ambiental específica para el sector minero, a través del Decreto Supremo 24782 que otorgaba un plazo para que los empresarios mineros pudiesen presentar sus manifiestos ambientales hasta el 1 de febrero de 1999. El 11 de junio de 1999 se amplió el plazo hasta finales de 2000.
En septiembre de 1998, el entonces ministro de Desarrollo Sostenible y Planificación, Erick Reyes Villa, y los prefectos de los departamentos del Sur del país, firmaron un acta de entendimiento que preveía la construcción inmediata de un dique de colas provisional para evitar daños ambientales durante el proceso de diseño y construcción del dique de colas de San Antonio.
Después de tres años y medio, el 11 de marzo de 2002, se inició el diseño final del Sistema de Alcantarillado de Potosí, que incluye también el dique de colas San Antonio. El diseño final debería ser presentado, a más tardar, el 10 de octubre de 2002 y las obras adjudicadas, a mediados de enero de 2003. Hasta la fecha la obra aún no existe.
El Deber Santa Cruz de la Sierra - Bolivia, Domingo 4, septiembre de 2005 2005
Sábalo en extinción
Emergencia
La pesca en el Pilcomayo fue casi nula este año. Más de 2.000 aborígenes padecen los efectos de una tragedia anticipada. Bolivia, Paraguay y Argentina han sido los propios verdugos de la riqueza piscícola.
Martha Sánchez está desesperada. Entronada en un sillón de otras generaciones, la vieja wennhayek que por cuestiones del destino tiene el mismo nombre de la cantante rubia que nació en el país que ‘conquistó’ América en 1492, soporta la brisa helada del Pilcomayo machacando un bejuco para elaborar carteras. Es lo único que puede hacer para sobrevivir porque los más sabios le han advertido que el río seguirá negándole los peces que llegaban a tropel en épocas pasadas.
“Decían que vienen, que ya vienen, pero los peces nunca llegaron. Nos quedamos con las redes preparadas y con mucha hambre”, se queja y luego emite un silencio amable difícil de ignorar.
La Prefectura de Tarija tiene datos científicos que confirman que este año el Pilcomayo no ha sido magnánimo con los Wennhayek ni con la larga lista de gente que vive de la pesca: en 1986 se sacaron 1.440 toneladas métricas de sábalo, una de las especies más cotizadas en Bolivia, y el año pasado se consiguieron apenas 474 toneladas. La institución estima que este año la cifra será más desastrosa.
Un análisis realizado en 1999 por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (Jica), ya advertía la sentencia de muerte: “Los ríos potosinos de Tarapaya y La Ribera que sirven de afluentes del Pilcomayo tenían una concentración de arsénico mil veces más que el valor señalado por la Ley del Medio Ambiente y 5.000 veces superior a lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
El estudio también hizo referencia a que se encontraron 99 miligramos de plomo en cada litro de agua y lo permisible era tan sólo de 0,05 mg/l. Según la investigación, esto se debía a que más de 20 ingenios mineros botaban cada día más de 1.200 toneladas de desechos contaminantes a los ríos Tarapaya y de La Ribera que se convirtieron en canales conductores del material minero hacia la cuenca del Pilcomayo.
Felipe Flores, presidente de la Federación de Cooperativas Mineras de Potosí y afiliado a la Asociación de Ingenios Mineros, dijo que desde este año sólo se está depositando a los ríos el 30% de los desechos mineros porque el resto es enviado a dos diques de Laguna Pampa.
“La naturaleza ya está cobrando su factura por el daño que se le hizo”, sentencia Roberto Salazar con la autoridad que le da su investidura. Es el director del departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente del Corregimiento de Villamontes y uno de los que también llora el exterminio del sábalo.
Pero los ingenios mineros no son los únicos verdugos del río tripartito. Una investigación de la Misión Rusa realizada en 1995, la misma que fue contrastada por la Prefectura de Tarija en agosto del año pasado, pone en evidencia que las grandes construcciones hidrológicas y complejos de riego ejecutados en la parte baja del Pilcomayo (Argentina y Paraguay) determinan cambios sustanciales en el medio ambiente del sábalo puesto que los mismos entorpecen la migración de los peces a territorio boliviano.
“El dique número 28, en Argentina, que no está dotado de construcciones efectivas para el paso de los sábalos, es la causa para la muerte masiva de los reproductores que habitan los bañados ubicados más abajo de las construcciones civiles”, detalla el estudio de la Misión Rusa. Pero este informe fue ignorado por los diferentes gobiernos que se turnaron en el poder desde que el mismo salió a la luz, en 1995.
La comitiva boliviana confirmó la denuncia de los rusos, evidenciando que la canalización de las aguas para beneficio de la agricultura, en territorio argentino, no tomó en cuenta que en dicha zona existe una especie piscícola que migra aguas arriba para cumplir con su ciclo biológico y que es de gran interés comercial en Bolivia.
También revelaron que desde hace 15 años los Esteros de Patiño, ubicados en territorio paraguayo, (donde también se cría el sábalo), no se conectan al cauce del Pilcomayo, lo que impide que desde ese lugar salgan los peces con destino a Villamontes.
Otra arma letal es la gran cantidad de sedimento que es arrastrado como consecuencia de la erosión de la cuenca alta (Bolivia) hasta la cuenta baja (Argentina y Paraguay). Este material que no es otra cosa que una mazamorra espesa de lodo, taponea los canales de la cuenca baja por donde los peces escapan para nadar en contracorriente hacia Bolivia.
Sin conocer ningún documento sobre el desastre que amenazaba al Pilcomayo, el pueblo Wenayhek vaticinaba lo que estaba pasando. “Los paraguayos y argentinos han trancado el río y están impidiendo el paso de los peces”, comentaban ya en el año 2000 cuando la pesca alcanzó a 557 toneladas métricas, una cantidad por debajo de las expectativas.
Martha Sánchez se ríe cuando dice que el Gobierno ha establecido que dictará la veda para la pesca el 15 de septiembre. “Piensan tomar medidas como si el río estuviera lleno de peces”, dice sentada en su trono ancestral, a orillas del Pilcomayo.
Las cifras en rojo
A buen ritmo 1440 mil toneladas Fue la cantidad de peces que se sacaron del río Pilcomayo durante el periodo del año 1986
Decadencia
946mil toneladas En 2001 ya se notaba una disminución de la pesca. La actividad piscicola empezaba a debilitarse
Alarma
474mil toneladas Esta cifra pone en evidencia que el decrecimiento de la pesca en Villamontes es cada vez más notorio.
Datos
Antepasado. Durante la década del 50 al 70 casi no existían concesiones establecidas para regular la pesca en el Pilcomayo. Los originarios de la zona habían heredado dicha práctica de sus ancestros y aún no habían explotado el interés comercial.
Aprovechamiento. Por lo general el inicio de la temporada de pesca está comprendido entre los meses de abril y mayo y termina entre agosto y septiembre.
Estudio. El inicio de la temporada de pesca está sujeta a monitoreos en la zona baja, donde se realizan mediciones biométricas para determinar las características de los peces. Se exige que los animalitos midan por lo menos 35 centímetros de largo.
Exclusivo. Mientras dura el periodo de veda se establecen sistemas de regulación especial que se denomina pesca de subsistencia, que consiste en mantener la actividad en forma exclusiva para los aborígenes.
Fuente: Prefectura de Tarija
El Deber Santa Cruz de la Sierra - Bolivia, Domingo 4, septiembre de 2005
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